El cajero del salón de plenos de la localidad pacense de Torremayor o cómo la necesidad agudiza el ingenio

Que un cajero autómatico tenga que ser recargado desde el salón plenario de un ayuntamiento o que los plenos de este estén amenizados por los sonidos característicos de la marcación del pin o número secreto no es algo habitual, aunque sí la única manera que los vecinos del municipio pacense de Torremayor tienen de acceder a sus cuentas y sacar efectivo. A mitad de camino entre Mérida y Badajoz, Torremayor, con sus poco más de mil habitantes, gozaba hace unos años de una situación privilegiada desde el punto de vista bancario, ya que contaba con dos oficinas de dos entidades financieras que atendían a sus vecinos.